En Cuidafam no solamente nos encargamos de la Ayuda a domicilio. También ofrecemos a
nuestros clientes información sobre cursillos, actividades y terapias de estimulación física y
cognitiva.
Hoy, les vamos a hablar del Yoga para mayores:
Cuando hablamos de salud, la rutina es la madre del éxito.
Si nuestro objetivo es mantener un cuerpo libre de tensiones y suficientemente flexible, que
nos responda ante cualquier eventualidad cotidiana: un tropezón por la calle, un resbalón o
simplemente una pérdida de equilibrio, el Yoga puede ayudarle a conseguir todo eso y mucho
más. Y créame, no es necesario, en ocasiones, ni que se levante de una silla para obtener
grandes beneficios tanto físicos como mentales.
Sabemos que, con una mínima disciplina de dos o tres veces por semana, notará que algunas
de sus articulaciones y músculos estarán en mejor estado y alcanzarán una mayor tonificación.
A continuación, les presentamos tres ejercicios de Yoga que pueden ayudar a nuestros
mayores o no tan mayores, a mantener el cuerpo en condiciones óptimas:
Postura número 1: Se llama TADASANA, o Postura de la Montaña.
Objetivo: estirar la columna y descongestionar los nervios espinales.
Práctica: debemos estar en pie para realizarla. Separamos un poco los pies, hasta que estén
paralelos con nuestros hombros. Los brazos permanecen relajados pegados a nuestro cuerpo
sin ningún esfuerzo. Estiramos la columna y miramos al frente sin realizar esfuerzo alguno.
Entonces, respiramos tranquilamente, y siempre por la nariz, unas cuantas veces. A nuestro
ritmo. Inspiramos. Espiramos. Inspiramos. Espiramos…
Podemos permanecer en esa postura con el cuerpo bien recto, pero sin forzar y respirando
lentamente, el tiempo que consideremos. Hasta que notemos que todo nuestro cuerpo esté
relajado.
Postura número 2: Urdhva Hastasana o Postura de la Palmera.
Objetivo: Estiramiento de la columna y aumento de flexibilidad de los hombros.
Práctica: Es muy parecida la postura de la montaña. Piernas un poco separadas y los
brazos relajados, colgando paralelos a nuestro cuerpo. Después, con los brazos y las manos
estirados, los vamos subiendo por delante de nuestro cuerpo hasta la cabeza.
Tienen que terminar estirados por encima de nuestras cabezas, sin flexionar los codos y
pegados a nuestras orejas. Respiramos lenta y profundamente por la nariz unas cuantas veces
hasta sentirnos relajados, igual que en el ejercicio de la postura de la montaña.
Puede repetirse un par de veces por lo menos.
Postura 3: Vrksasana o Postura del Árbol.
Objetivo: estiramiento de columna y flexibilidad en hombros, brazos y espalda.
Práctica: sentados en una silla, pero sin apoyarnos la espalda en el respaldo. Mantenemos la
columna recta y la mirada al frente. Lentamente juntamos las palmas de nuestras manos y
las alzamos hacia el cielo, por encima de la cabeza con los brazos totalmente estirados.
Respiramos lenta y profundamente unas cuantas veces. Intentamos mantener la postura unos
segundos. Después, bajamos lentamente los brazos, sin despegar las palmas de las manos,
hasta la postura inicial. Ahora podemos apoyar las palmas sobre nuestros muslos y
permanecer unos segundos. Puede repetirse un par de veces.
Si existe alguna dificultad o problema de flexibilidad para hacer cualquier ejercicio, nunca
debemos de forzar nada por encima de nuestras posibilidades. Estos aumentarán sin darnos
cuenta con la práctica y la paciencia.
Los ejercicios anteriormente detallados tienen la finalidad de beneficiar a nuestra mente y
nuestro cuerpo, no de añadirle una tensión ni mucho menos ningún tipo de estrés.
Con una mínima disciplina de dos o tres veces por semana, notará que algunas de sus
articulaciones y músculos estarán en mejor estado.
Anímese y díganos qué tal le ha ido con estos ejercicios.
Recuerde que nunca debe realizar ninguno de los ejercicios que le hemos explicado en este
artículo sin la aprobación previa de su Doctor o Especialista.
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