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El ejercicio físico durante la vejez



Numerosos estudios certifican que el ejercicio en las personas mayores es muy beneficioso ya que obliga a nuestra mente a ejercitarse, ejercicios como mantener el equilibrio o la coordinación de movimientos que exige cualquier deporte o actividad física requieren de mayor actividad que la gran mayoría de actividades intelectuales.

Estén sanos o tengan una o varias enfermedades, verán equilibrados sus sistemas y, con toda seguridad, el médico detectará su mejoría además de mantener la mente ocupada y el ánimo de nuestros mayores en estos días de estar en casa.

Ayudar a personas dependientes a mantener una mente y cuerpo activo es muy importante, por eso nuestros auxiliares organizan una serie de ejercicios que se adaptan a cada paciente para realizarlos en el día a día.

El objetivo es que nuestros mayores disfruten de una vida más sana y saludable en la que puedan incluso ser más independientes. Mejorando la capacidad funcional, cardiorespiratoria y aminorando la perdida de reflejos.


La mente

Necesitamos ejercitar el cerebro para mantenerlo en forma, al igual que si se tratase de un músculo más. En caso contrario, se produce un progresivo deterioro que termina por afectar a su buen funcionamiento

Escribir, leer y conversar, son buenas actividades para mantener la mente activa. Leer libros (que las letras no sean demasiado pequeñas) prevendrá la pérdida de memoria. Escribir cartas a familiares o conversar sobre anécdotas de su vida también potencian la memoria.

Hay que tener en cuenta que la vejez no es un problema a la hora de realizar estas tareas, que además si convierten en habituales, serán mucho más sencillas con el paso del tiempo.

Juegos de mesa como el ajedrez, las damas, los naipes ayudan a estimular la percepción sensorial y la comunicación.


El cuerpo

Para obtener beneficios, es necesario realizar ejercicio físico al menos 30 minutos al día 5 días a la semana. Al principio es recomendable empezar poco a poco, por ejemplo con 10 minutos en tres momentos del día hasta coger la rutina y conseguir el objetivo principal.

Siempre se debe de realizar un calentamiento previo con el fin de aumentar la temperatura corporal.


La clave para lo anterior es la continuidad y regularidad para lo que, a su vez, se necesita estar motivado y que los ejercicios en cuestión sean del agrado del paciente.

Existen tablas de ejercicios en los que dependiendo de las patologías de los pacientes, rango de edad y movilidad, se adaptan mejor a cada persona.


Algunos de los ejercicios que practicamos con la ayuda a domicilio de Cuidafam son:


Mejorar la fuerza con bandas de resistencia dos veces por semana, si el paciente es capaz de ello, también se pueden usar pesas. Esto ayuda a aumentar un poco la masa muscular para aplicarla en su vida diaria subiendo escaleras, levantarse de una silla, abrir frascos, además de mejorar el equilibro.


La flexibilidad evita deformidades y el acortamiento de los tendones. Se pueden hacer estiramientos leves de las articulaciones con una serie de ejercicios sencillos. Disciplinas como el yoga ayudan mucho en estos casos.

Para pacientes encamados, es importante llevar a cabo, con la ayuda del auxiliar, una serie de ejercicios sencillos que ayudaran a mantener un adecuado tono muscular y una correcta movilidad articular. Centrándonos en piernas, brazos, cuello y hombros.

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